El lunes 14 de septiembre de 2015 a las 11:30 tuve la cita con mi doctor para discutir lo que tendría yo que hacer para comenzar la transición médica. ¡Hoy, domingo 14, se cumplen diez años de aquella consulta!

Unos días antes de aquel lunes en septiembre de 2015 yo ya había tomado mi decisión y para cuando entré con el doctor las únicas dudas yo tenía eran 1) el cómo empezar la conversación y 2) cual sería el proceso a seguir.

Desde siempre

Tal vez no sepa a donde voy pero toda mi vida he sabido quien soy y que soy. Aunque yo no consideré hacer una transición médica hasta unas semanas antes del 14 de septiembre 2015 mi identidad siempre ha sido la misma. Lo que cambió fue que pude compartir con mis seres queridos este aspecto de mí que virtualmente nadie conocía.

Uno de los miedos que siempre tuve y en cierta medida todavía tengo es al rechazo. Después de 10 años puedo aseverar que el mantener escondido algo tan importante de mi personalidad es peor que cualquier veto que pudiera yo recibir. Cabe mencionar que la oposición que he encontrado ha sido minúscula.

Se trata de mí

Para tomar esta decisión me enfoqué en mí y no en nadie más. Aunque lo discutí con un par de personas muy cercanas no les consulté. Es decir que no hubo espacio para que me dijeran que hacer. Simplemente fueron pláticas, que me imagino fueron duras para ellos, donde yo no buscaba su beneplácito. Más bien el objetivo era compartirles la alegría que me surgía del alma.

Tengo casi la seguridad de que la aflicción que sintió, por ejemplo mi madre u otras personas cercanas, fue por su propio miedo a que otros me negaran. En otras palabras se preocupaban por mi bienestar.

¿Cómo diablos lo hice?

Esta pregunta me estuvo molestando unos meses antes de escribir este artículo porque no encontraba una respuesta clara. Ahora sé que fue la combinación de varios factores. Uno de ellos, como menciono antes, fue que me enfoqué en mí y no en lo que pensaran o juzgaran los demás. Pero creo que el aspecto más importante era la ilusión, emoción y alegría que me causaba pensar en hacer lo que toda mi vida había querido.

Para empezar y culminar con una transición médica y social no es porque sea algo que este de moda o por llamar la atención. Muy por el contrario. Para llegar a tal decisión es por el anhelo de vivir algo mejor a lo que yo conocía antes.

Éxtasis

Bueno, que puedo decir. Esos días en septiembre de 2015 y lo años que siguieron fueron una locura de felicidad.

Gracias a que había tomado la decisión tan tajante no perdí tiempo dudando que estaba yo haciendo. Esto me permitió avanzar a un paso anormalmente rápido.  Las primeras semanas después de la consulta con mi doctor fueron para alinear los requisitos con el fin de empezar con el tratamiento hormonal y luego una transición social.

El abrirme con mis seres queridos fue, en su mayoría, sumamente satisfactorio. Era compartirles mi contento e invitarlos a ver algo que escondí toda mi vida.

Los meses y años posteriores siguieron siendo de enajenación absoluta. Todo era nuevo otra vez. Era ver el mundo desde otro punto de vista. Al mismo tiempo el tratamiento hormonal estaba logrando los cambios que yo deseaba. Posteriormente, aunque fue mucho trabajo y estrés, planear las cirugías, vivir la recuperación y ver como cambió la forma en la que el mundo me percibe fueron de las experiencias más increíbles que he vivido.

Para afirmar la dicha que yo sentía me dí el permiso de hacer cosas que siempre habían estado en mi imaginación pero eran “imposibles” como tomar clases de ballet. Con estas experiencias comprendí que la mayor limitante para lograr lo que sea soy yo.

La vida sigue adelante

Diez años después he coleccionado un repertorio de vivencias que van desde lo más común hasta lo más foráneo a la forma en la que vivía antes. Aunque la felicidad continua y no arrastro ningún lamento desgraciadamente las experiencias exóticas ya no son tan frecuentes. Hoy la vida es como más mundana. Lo que al principio era nuevo ahora es normal.

De todos modos, ahora en la cotidianidad, hay veces que me sonrío y veo que lo que hice fue monumental y al mismo tiempo básico; lo tenía que hacer. Punto.

10 años
10 años

One thought on “2025. ¡Décimo aniversario!

  1. Hoy no es necesariamente una celebración pero definitívamente una retrospectiva. Algunas personas hablan de su fecha de cumpleaños el día en que volvieron a nacer cuando pasó algo imprtante en su transición como el día que empezaron con el remplazo hormonal o el día que cambiaron su nombre legal o el género en sus documentos oficiales. Yo no tengo una fecha específica recuerdo y recapacito sobre tantas fechas importantes en mi proceso. 📆

Comments are closed.